En este blog se muestran los atardeceres más bonitos y las puestas de sol más relajantes que he encontrado en los paraisos que todavía existen en La Tierra.

Atardecer con marea baja

El mar retrocede con la marea baja, mientras deja charquitos de agua que se filtran por la arena. El Sol también retrocede mientras se aleja en el horizonte, dejando en el cielo la estela rojiza del atardecer. Pero el tiempo no se retira ni retrocede, sino que siempre avanza hacia adelante.

Atardeceres en una isla con palmeras

El mar tranquilo. Las palmeras al viento. Una pequeña isla en el horizonte. La tenue luz del atardecer y una puesta de sol en el cielo. Son los mismos ingredientes, pero cuando interviene el color del atardecer, con la fuerza de sus tonos vivos o con la transpariencia de una seda, convierten el paisaje en dos escenarios distintos.

Los últimos minutos del día

Impresionante puesta de sol, con el cielo y las nubes de tonos rojizos. En el cielo y en el mar se suceden los estratos de colores que dan profundidad al paisaje.

Atardecer en una playa con palmeras


Las puestas de sol cuando el cielo se tiñe de rojo son espectaculares, pero cuando el cielo, con nubes, toma tonalidades de violetas suaves, de malvas o rosados, y esa mezcla de colores se refleja en la orilla de un mar en calma, el espectáculo es irrepetible.

Según pasan los minutos, la luz se va oscureciendo y los tonos se van apagando. La brisa deja de mecer a las palmeras. La playa se queda desierta, y lo único que se escucha es el rumor, cada vez más lejano de las olas que se retiran de la orilla.

Serenidad al atardecer

Un mar tranquilo que se ve como el cielo, y un cielo sereno que parece un mar en calma; o tal vez sean la misma cosa, pues no se puede encontrar mayor sintonía que cuando uno se refleja en el otro, como en un espejo que muestra hasta el más mínimo detalle. Esta foto inspira una inmensa paz y tranquilidad.

Un nuevo atardecer

El día se está acabando. El Sol ya se ha ocultado, pero todavía queda algo de claridad. Ahora todo se irá apagando. Hasta las aguas del mar parecen aprovechar el momento y tomarse un descanso.

Y Mañana será otro día.